Crónica visual de un pequeño viaje de trabajo a Tirana, la capital de Albania.
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Dicen que se pueden pescar nubes. Saint Procopius Park |
Otra vez veo Venecia desde el aeropuerto Marco Polo. Me he asegurado de
que me tocase ventanilla en el vuelo que saldrá en un rato hacia Tirana. Las
vistas desde el aire son espectaculares y mas anocheciendo.
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Un gran lago, en el pulmón de Tirana. Saint Procopius Park |
Al aterrizar, el caos de siempre, cambiar algo de moneda con tasas de
aeropuerto, la incertidumbre de saber si ha llegado o no tu equipaje y la lucha
entre taxista legal y taxista ilegal a la salida. Optamos por uno legal y nos
vamos en un moderno Honda amarillo hacia el centro de Tirana. La primera
sorpresa, en Tirana se conduce como en los paises civilizados, no es Estambul
ni Casablanca.... mi vida, de momento, no corre peligro.
Hotel City: cómodo, céntrico,
económico, tranquilo, y sobre todo destaco la amabilidad del personal. No fué
ningún sacrificio quedarse allí. Aún recuerdo el olor de la ropa de las coladas
que hice allí, no se que usan en la lavandería pero es espectacular!
El hambre aprieta, hay que salir a cenar, pero es tarea fácil. Hay pubs,
cervecerías y restaurantes. Al lado del hotel una cervecería, Meduza Bar,
rock&beer, lo que hace falta después de casi doce horas de viaje en dos
escalas, una Guiness, alitas de pollo y “…pleased to meet you, hope you guess
my name…”. Perfecto.
Cenar, y comer en general, es simple, casi el 100% de los restaurantes
tienen cocina italiana, con nombres italianos en el menú, por supuesto. No es
que sea mi preferida, pero tranquiliza al instinto de conservación. Por poner
uno, y por lo bien que nos trató el gerente, os recomiendo el Black Sheep,
cerveza de la casa y la Fiorentina, una especie de entrecot, está espectacular.
Los entrantes de verduras en tempura, también. Resumo como se come en Tirana:
al llegar a casa 5kg mas. Precio asequible, la cuenta mucho mas barata de lo
que supondría en una restaurante equivalente aquí.
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Las cuidadoras del parque. |
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Puesto de tiro al blanco. |
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Respira. Saint Procopius Park |
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Recuerdos de la WWII, de uno y otro bando, y cientos de bunkers por todas partes. En las guerras no gana nadie. |
A la primera ocasión, me di un gran paseo a pie por la centrica zona en
la que estabamos. Plaza Skënderbej,
Parlamento, la Residencia del Primer Ministro y el Gran Parque y su lago
artificial. Una zona tranquila de edificios oficiales, oficinas, restaurantes y
cafés, embajadas y coches de lujo. Si, coches de lujo, desde un imponente
Lamborghini Gallardo, pasando por Bentleys, Aston Martin y cientos de Mercedes
y BMW de gama alta.... llegué a pensar que en algún lugar del aeropuerto ponía
en albanés "recoja su BMW X6 a la salida" y nosotros nos decantamos
por un taxi. En el Gran Parque, me encontré a la gente paseando a las orillas
del lago, algunos practicando deporte, puestos de "tiro al blanco"
caseros, monumentos en recuerdo de la WWII, cuadrillas de simpáticas mujeres
jardineras, pescadores, niños, ancianos, etc,… me gustó.
Cuando callejeas por la ciudad y te alejas un poco del centro, de las
calles principales, te encuentras la maraña de cables, los baches en las aceras
y las fachadas en descomposición. Te encuentras otra vida que no acude a los
restaurantes ni conduce los coches de lujo. Pero aún así se nota cierto
optimismo, alegría diría también.
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Las fachadas traseras en descomposición dentro de las lujosas calles principales |
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Los colores dan alegria. Ideas urbanisticas frente al gris soviético. |
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Maraña de cables albanesa. |
Las personas que he conocido, en general, son amables, simpáticas, pero
hay que pasar la barrera del idioma, pues ni en broma fuí capaz de entender una
palabra en albanés. Después de unos días conseguí una chuleta que me hicieron
inglés-albanés, lo que me permitía saludar, despedirme y dar las gracias. A
partir de ahí conseguí mas simpatías y comunicarme un poquito mas.
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El Mickey de arriba se vino conmigo. Disney rules!
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Tirana y Albania, por supuesto tienen un pasado, conflictivo en ocasiones. En el centro de la ciudad, cerca del Parlamento, las ruinas de una gran pirámide que quiso ser un centro de congresos me deja claro dos cosas: la libertad es un grito universal de cualquier pueblo, y que los niños siempre encuentran como divertirse.
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Freedom |
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Subir y bajar una montaña |
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The World is not for sale |
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El pasado. Desconozco el autor de esta foto. La he sacado de aqui: http://blogs.elpais.com/.a/6a00d8341bfb1653ef0191034fd578970c-pi |
Estupendas. El edificio piramidal ha precensiado mucho, y lo muestra.
ResponderEliminarGracias por tu comentario Jorge.
EliminarUna historia muy bien construida, con un principio bucólico, que nos deja un sabor agridulce con ese final tan duro. Felicidades.
ResponderEliminarhttp://fernanfotos.blogspot.com.es/
Creo que la historia puede mejorar. Intenté describir algo pero no estoy satisfecho con el resultado. Contar una historia en imágenes y darle un buen apoyo con la palabra es como la especie que enriquece un guiso.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.